Por Matías Bailone
[1]“
Ningún encanto hay allí donde los dioses no mueren bajo nuestros ojos” Cioran.
1. Introito: el ocaso del pensamiento.
“Todos los pensamientos se asemejan a los gemidos de una lombriz pisada por los ángeles” había dicho Cioran. Todo pensamiento debería estar inscripto en aquella racionalidad, debería estar imbuido de esa coloratura, y no estar impregnado de la autosuficiencia que profesan las teorizaciones que se rinden ante el poder terrenal como idólatras del imposible.
[1] Secretario Letrado CSJN, Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El presente artículo fue escrito en el año 2003, siendo el autor aún estudiante de derecho.