TAMBIÉN PUEDEN SER COMO PALAZZANI

El prestigioso fiscal al que le acaban de entregar el premio "Rodolfo Walsh", la distinción más importante a la que un abogado podría aspirar en materia de Derechos Humanos, es Miguel Palazzani. Que es, como nos sucede a todos, muchas cosas a la vez, pero también -déjenme decirlo- un profe de nuestra Facultad. Durante muchísimos años, a través de fatigosas especulaciones y horas arduas, hemos conversado (y lo seguimos haciendo) con nuestros alumnos sobre el perfil del abogado y la enseñanza del derecho. Sobre los riesgos ciertos que entrañan el burocratismo, el ritualismo, el dogmatismo, el conservadurismo, el positivismo y otras calamidades que se abaten sobre la academia y la profesión de abogado.También, sobre la necesidad de actualizar y fortalecer el acotado margen de proyección de nuestros insumos conceptuales con otros saberes que no siempre van de la mano con las concepciones tradicionales del derecho. Como no podía ser de otra manera, insistimos desde la misma perspectiva en la necesidad de generar una epistemología contrahegemónica, un pensamiento crítico emancipatorio, una concepción social de la abogacía.
Por eso, estuvo bueno que, al presentar la "finalidad" de la Carrera, la propia Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam dejara en claro algunas cuestiones que no son menores.
Nuestra Facultad enuncia específicamente que pretende "estimular una concepción crítica del derecho, fomentar un espíritu creativo para imaginar y obtener soluciones jurídicas y originales y formar profesionales para una concepción acabada de la realidad, de manera que permita reconocer las necesidades de la sociedad y las transformaciones requeridas en relación con el derecho.para servir con conciencia a los ideales de libertad e igualdad..." (extraído de su sitio web). Con estas dos evidencias a la mano, se me ocurre que de ahora en más, podríamos decirles, mucho más sintéticamente a nuestros alumnos que, también, pueden ser como Miguel Palazzani.